jueves, 10 de julio de 2014

CAPILLA DE LOS MARINEROS


Se encuentra en la sevillana calle Pureza, 53.
Horario de misas:
Lunes a Viernes: 20:30
Sábado: 20:30
Domingo: 13:00
En 1759 la Hermandad de la Esperanza adquirió por la donación del gremio de marineros, unos solares en la actual calle Pureza, antes calle Larga de Santa Ana, donde existían dos casas correspondientes a una capellanía vacante de la Iglesia de Santa Ana, para edificar su Capilla que terminarían de construir en 1815, año en el que la Hermandad toma posesión, en ella estuvieron hasta que en 1868 la Junta Revolucionaria se la enajena y la saca a subasta pública, siéndole devuelta a la Corporación cofrade por un precio simbólico en 1939 por Jorge Welton, propietario en ese momento, con la intermediación del sacerdote Juan Sebastián Bandarán. En 1953 estando la Hermandad acogida en la Iglesia de San Jacinto decide recuperar el edificio para el culto religioso a sus Sagrados Titulares y acometen las obras necesarias, el arquitecto Aurelio Gómez Millán sería el encargado de poner en marcha el proyecto, finalizando la obra en 1962 y tras ser bendecida la Capilla retorna la cofradía en la mañana del Viernes Santo tras hacer su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.
Mas tarde se adquieren unas casas adyacentes y se decide la ampliación para dotarla de dos nuevas naves, el proyecto lo llevaría a cabo el arquitecto José Ramón Rodríguez Gautier. El resultado cuenta con los parabienes de todos y en abril de 2010 recibe la bendición del Arzobispo de Sevilla. La nave resultante del Evangelio, mantiene de la antigua vivienda las columnas que componían el patio, afortunadamente estaban protegidas, dotándola de una nueva cúpula que le proporcionaba una gran luminosidad.
El resultado de su transformación apenas se nota en su fachada, manteniendo su primitivo aspecto, aunque le han añadido por encima de su puerta principal una hornacina con la Inmaculada Concepción en barro realizado por Antonio Illanes. Su espadaña con tres huecos de campanas conocidas éstas como la de Nuestra Señora de las Nieves, San José y San Francisco, cuenta con jarras de cerámica de Triana y azucenas de bronce en sus extremos del orfebre Ramón León Peñuelas.
 
 
 
Tras pasar su puerta principal, la vista se nos va a la Virgen de la Esperanza, pero antes nos paramos para ver su artesonado neomudéjar y su preciosa lámpara de cristal tallado, procedente del viejo Café Britz.
 
El retablo mayor barroco de principios del siglo XVIII obra del tallista Francisco María de Ceiba, procede del convento de la Merced de Osuna, consta de tres calles separadas por estípites, banco y ático, está presidido por la Virgen de la Esperanza en su camarín, una imagen de Juan de Astorga que refleja a la mujer trianera, morena y la dulzura de su expresión, se encuentra flanqueada por los santos mercedarios San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato, en el ático aparece en el centro el relieve del Padre Eterno y a ambos lados otros dos santos mercedarios, San Pedro Pascual y San Pedro Armengol. En el banco se encuentra el Sagrario con la imagen de Cristo Redentor.
 
 
 
 
 
 
En el muro izquierdo del presbiterio se encuentra el Crucificado, obra de Algueró de 1.907, regalo de boda de la reina María Cristina a los infantes Carlos de Borbón y Borbón y Luisa de Orleáns, muy vinculados con la Hermandad. En 1.963 fue donado a la corporación por don José Sebastián y Bandarán, Capellán Real y Director Espiritual de la Cofradía.
A los pies sobre la puerta de entrada a la Capilla se encuentra el coro y en el centro del muro vemos otro Crucificado, donado por un hermano de la Cofradía y solicitando que se le conceda la advocación de Cristo de los Humildes y Abandonados. Por la técnica y los materiales empleados se puede indicar que fue tallado a finales del siglo XVI o principios del XVII.
En la nave del Evangelio, se encuentra el retablo neobarroco tallado en madera siguiendo el diseño de Guzmán Bejarano dedicado al Cristo de las Tres Caídas, una imagen anónima posiblemente del primer tercio del siglo XVII. El retablo se encuentra al natural, con la madera en blanco aún sin dorar.
 
 
 
 
En su muro izquierdo aparece el retablo de la Virgen del Carmen ayudando a las Ánimas del Purgatorio, pintado por Juan Antonio Rodríguez en 1.964. Aparece la Virgen del Carmen sedente sosteniendo con su mano izquierda al Niño Jesús que se yergue sobre la rodilla materna. El Niño aparece en actitud de bendecir con su mano derecha y su mirada fija en el espectador al igual que la de su Madre. En la parte inferior de la pintura las Ánimas del Purgatorio son ayudadas por los ángeles y querubines completando la escena.
Al otro lado, en la Nave de la Epístola se encuentra otra pintura de gran formato que representa la Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad, sobre una nube de ángeles y querubines, esta obra fue pintada por el mismo autor anterior.
Enfrente se encuentra el retablo de San Juan, una imagen de Luís Álvarez Duarte de 1968, este retablo, del siglo XVIII, tiene una historia particular, procede del sevillano convento de San Antonio de Padua, fue tallado por un escultor franciscano, fray Blas de Santamaría y dorado por Francisco Carreño de la Cruz. En 1950 lo adquiere el conde de Gálvez para uso privado y termina en 1962 cediéndolo a la Hermandad por la intermediación de su Director Espiritual, don José Sebastián y Bandarán, para que albergara la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, pero dadas sus reducidas dimensiones tomaron la decisión de que fuera el Altar del Señor de las Tres Caídas el que lo ocupara, aunque con la ampliación de la Capilla el Señor ocupa el lugar que le corresponde en la nave del Evangelio.
Actualmente este retablo lo preside San Juan Evangelista, pasando las figuras de San Telmo del siglo XVIII y San Antonio de Padua del XIX a ocupar los laterales del retablo dedicado al Cristo de la Humildad y Paciencia, una imagen en madera tallada y policromada de autor desconocido de 1700, que se encuentra en esta misma nave y goza de una gran devoción entre los trianeros.
 
Antes de irnos, una breve sinopsis de la historia de la Hermandad, es una Corporación muy vinculada a los gremios que por aquel entonces existían en el barrio, en 1418 los ceramistas fundan en la parroquia de Santa Ana la Hermandad de Luz de Nuestra Señora de la Esperanza, por otro lado los pescadores contaban con otra, la de San Juan Evangelista, ambas se unieron en 1542 siendo aprobada ésta fusión en 1595.
En 1608 se funda en el Convento de las Mínimas de Pagés del Corro la Hermandad de las Tres Caídas de Cristo y Nuestra Señora de la Salud por los marineros que seguían la ruta de las Indias, sumándose en 1616 a la Hermandad resultante de la unión anterior. Finalmente la Hermandad del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza se fusiona con la Sacramental de Santa Ana en 1972. Es una Hermandad con la que toda Triana se siente muy identificada.
  

 
http://lashermandadessevillanas.blogspot.com.es/2013/09/conventos-de-sevilla-capital.html 



martes, 8 de julio de 2014

PARROQUIA DE LA O


Se encuentra en la sevillana calle Castilla, 30.
Horario de misas:
Lunes a Jueves (Viernes): 19:30, (20:30)
Sábado: 19:30
Domingo: 12:00, 19:30
El origen de esta Iglesia se encuentra en los terrenos de una antigua mezquita, sobre la que se construyó un hospital dedicado a las Santas, Brígida, Justa y Rufina y la posterior ermita en la que se estableció en 1556 la Hermandad de Santa María de la O Gloriosa uniéndose posteriormente a la de Santa Brígida en 1572. En 1697 se inicia la construcción del nuevo y definitivo templo finalizándose en 1702, siguiendo el diseño de los hermanos Félix y Pedro Romero, lo construye el cantero Antonio Gil Gataón.
En 1911 se constituiría en parroquia para apoyar a la Iglesia de Santa Ana ante el auge litúrgico que surge en Triana y así satisfacer la administración de los Sacramentos.
 
La Portada que da acceso a su interior, obra del mismo cantero anterior, consta de un arco de medio punto enmarcado en pilastras y un frontón partido, en el centro un escudo con la “O” de la advocación de la Virgen sostenido por dos ángeles. 
A su derecha se alza la torre campanario y en el primer cuerpo hay un retablo cerámico de la época con la Apoteosis de la Eucaristía y la inscripción “POR AQUÍ SE LLAMARÁ A ADMINISTRAR LOS SANTOS SACRAMENTOS A DESHORA”, sobre éste hay otro con la imagen de San Andrés y la inscripción “Se acaba en 1699 se revocó en 1756” aludiendo a la construcción y al remate de la Torre, un chapitel de cerámica con jarrones en sus esquinas. 
 
Otro de los retablos cerámicos es el Jesús Nazareno de 1760 y sobre éste otro de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, pero desgraciadamente está bastante deteriorado.
Se accede al interior por la nave del Evangelio, consta de tres naves siendo la central doble ancha, están separadas por arcos de medio punto decorados con yeserías y soportados en columnas corintias de mármol rojo. 
 
La bóveda que cubre la nave central es de cañón y las de las laterales son de arista. A los pies se levanta el coro con antepechos calados y el órgano, todo ello del siglo XVIII.
En la cabecera se encuentra el retablo mayor, una magnifica muestra del barroco de la primera mitad del XVII, consta de tres calles separadas por columnas salomónicas y ático, en la calle central se encuentra la hornacina con Nuestra Señora de la O, una imagen que tallara Antonio Castillo Lastrucci en 1937 en sustitución de la primitiva imagen dañada en los desagradables desmanes del 36.
 
Se encuentra flanqueada por Santa Brígida y Santa Bárbara, en el ático se encuentra el Arcángel San Miguel y en el presbiterio dos extraordinarios ángeles lampadarios del XVIII.
 
 
 
 
En la nave de la Epístola a los pies se sitúa la capilla Bautismal, con un busto de San Felipe Neri y un lienzo del Jesús Crucificado del XVII.
 
A continuación se encuentra la Capilla Sacramental, en la que se encuentra el Nazareno de la O presidiendo la hornacina central de su retablo cerámico, en toda esta capilla se puede ver una llamativa muestra de la cerámica de principios de siglo de Triana. La imagen del Señor la talló Pedro Roldán en 1685 y al igual que la Virgen, resultó dañada en el 36 aunque en menor medida.
 
  
 
 
 
Le sigue el estandarte Simpecado de la Virgen del Carmen, bordado por Rodríguez Ojeda, en un retablo barroco con pinturas de las Ánimas del Purgatorio. En el ábside se encuentra el grupo escultórico de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña del círculo de Pedro Roldán de 1670.
 
A la izquierda del Presbiterio nos encontramos con Nuestra Señora del Buen Consejo, realizada en 1730 por Pedro Duque Cornejo, a ambos lados vemos a San José y San Miguel de principios del XVIII atribuidos a la Roldana.
En la nave del Evangelio lo primero que nos encontramos con el retablo neoclásico de Santa María de la O Gloriosa y a su lado el de la Virgen de Guadalupe, una obra del XVIII y a los pies de la nave el dedicado al Sagrado Corazón de Jesús flanqueado por San Francisco Javier y San Antonio.
 
 
Antes de irnos volvemos a la nave de la Epístola para pasar por la puerta al museo de la Hermandad y ver la valiosa Cruz con que procesiona el Nazareno, es una cruz de corte hexagonal de carey y plata en sus cantoneras y extremos, mide mas de tres metros y la diseñó Domingo Balvuena, maestro platero, en 1731, siendo Manuel José Domínguez el que trabajó la plata repujada que donaron los hermanos de la Corporación. 
Parece que el carey fue traído, según cuentan, por los marineros que venían del Nuevo Mundo como ofrenda tras haber superado ilesos una tormenta en alta mar. Otra curiosidad cuenta que en los disturbios del 36, un hermano la recogió para evitar males mayores y amarrada a una cuerda la sumergió en el río para preservarla de posibles ataques de los exaltados.


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