lunes, 13 de octubre de 2014

IGLESIA DEL BUEN SUCESO




Está situada en la Plaza del Buen Suceso nº 5 en Sevilla
El horario de misas es:
Lunes a Viernes: 10:00 y 20:30 horas
Sábados: 20:30 horas
Domingos: 11:30, 12:30 y 20:30 horas

La Iglesia conventual del Buen Suceso de la Orden Tercera de PP. Carmelitas, es el único vestigio que ha llegado a nuestros días del Hospital del Buen Suceso. Los orígenes del templo se remontan a 1635 cuando llegan a Sevilla los hermanos de la Congragación fundada por Bernardino de Obregón, llamada de enfermeros pobres, los Obregones, con la intención de construir un hospital a imagen del fundado en Madrid. Las obras se inician en 1690 con el derribo de la antigua capilla, siendo inaugurada el 8 de septiembre de 1730. De ese antiguo hospital solamente queda la Iglesia que hoy conocemos. El templo fue cedido a los carmelitas en 1890 por el Arzobispo Sanz y Forés, firmándose la cesión por el Cardenal Spínola el 16 de julio de 1896, festividad de la Virgen del Carmen.
En su fachada de ladrillo se ve en su hornacina central a la Virgen del Carmen y a ambos lados otras dos con San José con el Niño y San Elías, entre ellas sendos óculos, en el tercer cuerpo aparece otro óculo con vidriera, la portada es característica de Leonardo y Antonio Matías de Figueroa.
 
 
La Iglesia de una sola nave en la cual actúan a modo de pilares 24 columnas de mármol rojo de Morón labradas por Pedro Roldán, esas columnas en grupos de cuatro que sostienen las tribunas laterales, elevándose en el crucero para sostener la cúpula así cómo las bóvedas vaídas en los pies.
 
La planta del templo semeja las de cruz latina, aunque no lo es. Tiene unos 250 metros cuadrados cuyos elementos arquitectónicos crean la visión envolvente con espacios contrapuestos que no existen de la nave central y laterales, incluyendo el crucero cubierto por una bóveda de media naranja ochavada.


Esa cúpula cuenta con pinturas de la Apoteosis del Carmelo. En las cuatro pechinas aparecen San Telesforo, San Cirilo de Alejandría, San Andrés Corsini y San Pedro Tomás, y en los gajos de la bóveda aparecen Santa María Magdalena de Pazzi, San Avertano, la Beata Juana de Tolosa, San Simón Stock, Santa Teresa Margarita Redi, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y San Alberto de Jerusalén.
Aparte del retablo central, tiene otros cuatro, siendo los de más valor artístico los situados en el falso crucero, realizado en 1733 por José Fernando de Medinilla al igual que el resto de los retablos laterales.
En la parte pictórica intervino Domingo Martínez, autor de las pinturas que aparecen en el Retablo Mayor y de otros cuadros para los retablos laterales, hoy algunos de ellos se encuentran en las dependencias de la Residencia adjunta.
El resto de la obra pictórica del templo es muy posterior, puesto que de la original sólo queda la parte de la entrada al templo, siendo el resto rehecho por completo, al menos en los retratos de los laterales, tribunas, la bóveda vaída y en la cúpula entre los años 1920 a 1935 por Antonio Rodríguez Gutiérrez. El templo se inauguró en 1730.
El Retablo Mayor cuenta con la singularidad de su composición, lienzos enmarcados en variados perfiles, poligonales, ovales y trilobulados, la calle central en madera con estípites enmarcan el camarín central. La Virgen del Carmen del camarín, es obra de Rafael Barbero, realizada en sustitución de la antigua de Duque Cornejo, quemada en los sucesos del 11 de mayo de 1931, al igual que el Crucificado atribuido a Ruiz Gijón. En el segundo cuerpo está el Profeta Elías en una hornacina y en el ático aparecen escenas alusivas a la historia de la Virgen del Buen Suceso, los hermanos Obregones peregrinan a Roma, la Bendición de la Virgen por el papa Paulo V y la Entronización de la Virgen del Bien Suceso en el Hospital de Madrid.
 
La monumental obra pictórica de este Retablo Mayor, corresponde a la Genealogía de Jesús, los Patriarcas que le precedieron según el Evangelista San Mateo, desde Abraham hasta San José. Destacan también las portadas que dan acceso a la Sacristía y al espacio conventual que se encuentran a ambos lados del presbiterio, son de mármol rojo y cierta ornamentación en el tímpano de color blanco.
 
En el muro derecho se encuentra el retablo de Santa Ana y la Virgen, este grupo es obra de Juan Martínez Montañés de 1632, en principio se hizo para el convento carmelita de San Alberto. Ambas imágenes muestran un gran realismo, de la Virgen, sólo su cabeza corresponde a la imagen original. En el ático se encuentra una pintura sobre los Desposorios de la Virgen.
 
 
 
En el crucero se encuentra el retablo de Santa Teresa, una imagen con lo atributos de Doctora de la Iglesia antes de que se le concediera tal rango, realizada por Alonso Cano en 1628, en el ático otro de los lienzos de Domingo Martínez, la Coronación de la Virgen.
 
 
En el lado del Evangelio el retablo de San Alberto de Sicilia, una imagen atribuida a Alonso Cano, en el ático otro lienzo en este caso la Presentación de la Virgen en el Templo.
 
Por último el retablo hornacina de un Crucificado, esta imagen es moderna ya que la anterior de Francisco Ruíz Gijón fue destruida en los desgraciados acontecimientos de 1931, sin embargo las esculturas laterales que lo flanquean son del siglo XVIII.
 
 
En el Coro y sotocoro se conservan aún las pinturas murales originales y un rico mobiliario. Actualmente en la residencia carmelita anexa al templo, se encuentran las imágenes de San Juan de la Cruz y del beato Tito Brandsma, esta última de Juan Abascal.

  




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